
Tardes de soledad
Andrés Roca Rey, Pablo Aguado, Antonio Chacón, Francisco Durán, Paco Gómez, Manuel Lara
- 125 min.
Retrato íntimo do toureiro Andrés Roca Rey e a súa cuadrilla. Unha fascinante reflexión sobre a morte, a violencia e a beleza.
- Ano:2024
- Países de produción: España, Francia, Portugal
- Guión: Albert Serra
- Fotografía: Artur Tort
- Montaxe: Albert Serra, Artur Tort
- Produtora(s): Surf Film, Orme, ACHAB Film
Trailer
VO
Albert Serra desnuda los mitos del toreo en 'Tardes de soledad'
Pepa Blanes (Cadena SER)
(…) La cámara no da nada por sentado. Busca, se queda en la imagen y repite una rutina. La repetición como forma de entender una realidad. Cinco toros aparecen en esta película que puede entenderse como una corrida, donde Andrés Roca Rey se enfrenta a cada uno de ellos, matándolos, después de que todo su equipo los haya torturado. Pero esta corrida nunca antes la hemos visto así. El director pone la cámara muy cerca y nos muestra las muecas del torero, pero, sobre todo, al toro, a quien vemos de frente, incluso mirando directamente a cámara. Es la primera vez que una cámara se fija en el animal que será asesinado. Así, cuando el toro cae, mientras se desangra, la cámara se centra en él y no en el victorioso torero. Decía el director que no había buscado defender ninguna ideología, pero al mostrar la violencia y la crudeza, de la que ha sido considerada la gran tradición española, Serra desmonta cada uno de los argumentos que los taurinos siguen sosteniendo para que su fiesta siga existiendo.
(…) El trabajo de sonido acompaña a esas imágenes, despojadas del folclore, de la música y de cualquier idealización del torero, que aparece aquí compungido, silencioso y con muecas exageradas, como una rock star, introspectivo y con un carisma que no sabes muy bien de donde viene. El sonido nos permite escuchar la respiración del toro, en uno de los momentos más impactantes del filme, pero también escuchar cómo se comunica Roca Rey con su cuadrilla. Frases que para Serra con poéticas, pero que rozan el ridículo. No hay un intento de hacer humor, ni ridiculizar, solo de mostrar. De modo que vemos al toro desangrarse, mientras uno de la cuadrilla grita un "ole tus cojones", o vemos las palabras de ánimo que le dan al líder que veneran, esa estrella que es Roca Rey, espetándole: "son los frentes del alma" o "es verdad plena". Obsesionados por encontrar al verdad en la matanza del toro, la cuadrilla viaja en el coche junta de camino y de vuelta a la plaza.
Expresiones viriles y castizas que rozan el absurdo, “¡Qué ser humano! ¡Es un superhombre!”. La masculinidad ligada a adjetivos como grandeza, valentía, poderío que contrastan con una de las escenas más curiosas de la película, Roca Rey vistiéndose en una habitación del Hotel Ritz. En medias, con un rosario a modo de collar de perlas y con el torso desnudo, despoja de masculinidad la estética del toreo y casi se parece a un estilismo propio de Drag Race. Y es que el homoerotismo del vestuario tradicional está ahí.
Decía Roland Barthes que la corrida de toros era la victoria del hombre sobre el miedo y la ignorancia. Algo de eso hay en la fascinación que siente Serra por ese compromiso del torero con lo que está haciendo, aunque suponga enfrentarse a la muerte, la que podría ocurrirle a él en un mal día, o la que él acomete sobre el toro, al que ha decidido convertir en enemigo. Durante toda la película se habla de verdad, una de esas palabras manidas convertidas en significante vacío. Aunque Serra no vaya a descubrirnos la verdad de nada, sí puede leerse Tardes de soledad como la forma más cercana a la objetividad (…).