El ruiseñor de las cumbres
Joselito, Roberto Camardiel, Dolores Villaespesa, Antonio Casas
- 86 min.
Joselito coñece un músico ambulante co que decide ir actuando de vila en vila porque quere gaña-los cartos suficientes para que o pai non lle volva zoscar á nai.
- Ano:1958
- Países de producción: España
- Guión: Jaime García Herranz
- Fotografía: Juan Mariné
Duende y misterio de Cesáreo González
Santos Zunzunegui
Este filme supondrá la consolidación de la imagen del niño-prodigio, dando definitiva forma a los estilemas que las películas precedentes habían ido poniendo sobre el tapete y que muchas de las que le iban a seguir continuarían declinando. Sin duda el aspecto más importante tiene que ver con la insistencia en los problemas de filiación que si en la primera obra de la serie adoptaba la apariencia de la reconstitución del núcleo familiar a través del retorno de esa madre que vuelve al hogar para recuperar al hijo que había dado a luz antes de contraer matrimonio, en la que nos ocupa se situará en el terreno de la problemática unidad de los padres.
Otro aspecto que individualiza poderosamente a El ruiseñor de las cumbres es el que se trata de la película de mayor éxito de público de Joselito, si hemos de fiarnos del hecho de que se mantuvo, con motivo de su estreno, durante cincuenta y seis días en el cine Rex de Madrid. La película demuestra, de manera palmaria, que lo que buscaba el público en estos filmes tenía que ver no tanto con el que le ofreciesen una intriga compleja sino que estaba dispuesto a dejar de lado las complicaciones narrativas con tal de que se pusiese en valor el atractivo esencial que ofrecía la figura de Joselito: su voz y sus canciones, cuyos arreglos corren a cargo de Augusto Algueró. Nada menos que nueve canciones interpreta el niño prodigio en la película, superando la duración las mismas el veinticinco por ciento del metraje de la cinta. El que para ubicar varias de estas canciones se buscara la presencia de un auditorio que respondía con entusiasmo ante las prestaciones líricas del "ruiseñor" tenía, precisamente, como finalidad hacer presente en la diégesis al público de las salas cinematográficas, buscando enfatizar y reforzar esta dimensión.
(Texto extraído de Suevia Films. Cesáreo González: treinta años de cine español, José Luis Castro de Paz, Josetxo Cerdán (coord.), Xunta de Galicia, 2005)