Volveréis

Obra maestra de Jonás Trueba, estrenada en Cannes con gran éxito de crítica –se coló en el top 10 de 2024 para Cahiers du Cinéma– y público. El cine de Trueba siempre ha partido de la experiencia. Aquí la trama se inspira en una anécdota de algo que contaba su padre, Fernando, que en la película da vida al progenitor de Ale (Itsaso Arana) en un par de apariciones ontológicas. Arana es pareja de Trueba hijo en la vida real y es seguro que muchas de las conversaciones de la cinta, sobre por qué, por ejemplo, 10, la mujer perfecta (Blake Edwards, 1979) es una película machista, forman parte de su día a día. El trío artístico y sentimental lo completa Vito Sanz, novio en la ficción de Arana, con quien ya tenía una relación en La virgen de agosto (Jonás Trueba, 2019). Ese guion lo firmaban Trueba y Arana, aquí se añade Sanz, quien además cede filmaciones personales para un particular flashback y quien se entrega como pocas veces lo ha hecho en su carrera. Son la suya y la de Arana interpretaciones complejísimas, que muestran con naturalismo el desgarro y la luminosidad que sus papeles requieren.

Además de a Edwards, hay citas directas o indirectas a las comedias de remarriage del Hollywood clásico y, por supuesto, a Ingmar Bergman y su Secretos de un matrimonio (1973). Es Volveréis una película muy cinéfila. Friedrich Nietzsche y Søren Kierkegaard están muy presentes por la idea de la repetición y se citan explícitamente dos libros de Stanley Cavell sobre esas comedias clásicas de Hollywood. De hecho, el Fernando Trueba de ficción recomienda algunas de estas obras a Ale, con una reflexión universal: “Qué va a hacer un padre sino dar bibliografía a sus hijos”. La lección ha calado sin duda en Jonás. Desde su ópera prima Todas las canciones hablan de mí (2010) cine, literatura y música han nutrido una filmografía que solo se entiende desde la traslación de lo vivido, casi en tiempo presente, a la gran pantalla. Por eso su cine siempre ha tenido una gran fuerza de relato generacional, es por la honestidad con la que cuenta sus historias.

Las múltiples referencias a otras obras, casi a modo de ensayo ficcionado, han construido ese estilo muy metatextual, perfeccionado en Volveréis a cuenta de la profesión de Ale: cineasta. El personaje de Arana monta una ficción que acaba de filmar sobre una ruptura, protagonizada por Álex-Sanz, al tiempo que pasa por esa experiencia personal. Así, los distintos niveles de narración se confunden y entremezclan, reflexionando a través de la puesta en escena y el montaje sobre los temas expuestos. La familia de los Ilusos alcanza en este aspecto nuevas cotas de depuración formal, lo que, unido a esa genuina honestidad del equipo, más generosa que nunca, convierte a Volveréis en una gran película.