Salomé
- 65 minutos
Este filme no es la ilustración de un relato histórico o de una obra de teatro pero está estructurado por su dinámica propia y tres elementos básicos: la luz, el color y la velocidad de proyección. Por su interacción busca la mirada del espectador.
El filme propone un cuestionamiento sobre:
1) lo que genera, esto es, su propia historia;
2) el imaginario del espectador y su mirada;
3) el único exterior cuestionado: el devenir de la imagen que es su única posibilidad de ser (...)
La música utilizada no ilustra el filme, pero propone un contrapunto a la imagen y desarrolla un recorrido paralelo, recorrido que encuentra por momentos los puntos de sutura, que son cristalizaciones de cadenas de motivaciones, que provocan y muestran la posibilidad infinita de interpretaciones de una imagen. (...)
(Light Cone)
Salomé, un verdadero meteoro. Esta obra fascina como un ritual, una ceremonia; se dirige directamente a los sentidos, a nuestra apetencia por el placer estético. Apenas es por la identificación de las frases del drama que se desarrolla nuestro interés sino gracias a una atmósfera barroca, fascinante, que supera la letra del mito para disolverlo en una embriaguez visual, en un nuevo organismo que funciona de modo autónomo. (...) En efecto, nunca este aspecto turbulento de la tradición judeocristiana, que mezcla de forma perversa lo voluptuoso y la muerte, se desarrollara con tal justicia expresiva, constantemente sostenido por un material visual de una gran densidad, que en este filme donde la intrusión fascinante y repetida de un cráneo sofisticado, salido de la imaginación macabra de un Félicien Rops, viene a puntuar con resplandor las diversas fases. (Raphaël Bassan)
Raphaël Bassan