¡Lumière! Comienza la aventura
Lumière!
Thierry Frémaux, Martin Scorsese, François Clerc
- 90 minutos
Recorrido del director artístico del festival de Cannes, Thierry Frémaux, por la obra de los hermanos Lumière, partiendo del archivo de Lyon, en el que mezcla el montaje de estos materiales con entrevistas a diversas personalidades del cine en torno a la filmografía de los cineastas.
- Ano:2016
- Países de producción: Francia
- Guión: Thierry Frémaux
- Montaje: Thierry FrémauxThomas Valette
Trailer do filme
Versión orixinal subtitulada
Lejos del 'biopic' y del documental. Cerca del filme de montaje. Homenaje, restauración y análisis, todo a la vez. ¡Lumière! Comienza la aventura es una propuesta bastante particular, un filme lúdico y por supuesto histórico, pero al mismo tiempo muy didáctico.
Thierry Frémaux, conocido sobre todo por dirigir el festival de Cannes, también participa de la restauración y exhibición del cine clásico (mudo y sonoro) desde el Instituto Lumière de Lyón y el festival que se realiza por estas fechas en la misma ciudad (este año, por ejemplo, con retrospectiva dedicada a Henri-Georges Clouzot). De allí, de los archivos de Lyón, surge esta película que presenta 108 de los 1.422 cortos de 50 segundos de duración que realizaron los hermanos Louis y Auguste Lumière y sus operadores.
De Lyón a Kioto, de París a Barcelona, de Marsella a Berlín, de Biarritz a La Martinica, de Ginebra a Chicago, de Dublín a Jerusalén. El cine primitivo como conocimiento del mundo. Frémaux comenta las 108 películas y analiza los logros y estilo de los Lumière a la vez que explica las técnicas de rodaje con unas cámaras que, no se olvide, carecían de visor: pura intuición, el arte instantáneo.
Nunca antes habíamos visto títulos como La salida de los obreros de la fábrica Lumière, El regador regado, Llegada del tren a la estación de La Ciotat o La partida de cartas, rodados en 1895 con la cámara-proyector inventado por los Lumière, el cinematógrafo, con la calidad visual que presenta ahora este montaje de Frémaux.
Y esta calidad visual tras una paciente restauración digital permite ahora, porque antes era imposible dado el pésimo estado en el que se conservaban los originales y las copias, comprobar el trabajo de los Lumière con la profundidad de campo, las perspectivas en diagonal y los movimientos de cámara para retratar tanto una estampa familiar en vacaciones, como la fantasmal entrada de un tren en una estación que aterrorizó a los primeros asistentes a una proyección cinematográfica más que un filme de Drácula o de Jack el Destripador.
Quim Casas, El Periódico