La zona de interés

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Rudolf Höss (Christian Friedel) y su esposa Hedwig (Sandra Hüller) llevan una vida perfectamente normal, casi idílica, en su coqueta casa, junto a sus varios hijos. El fondo del jardín hace entrever un muro, a lo lejos se intuye un feo humo y de vez en cuando suenan apagados espeluznantes gritos o tiros de armas de fuego. Hedwig está encargada, como buena ama de casa, de todas las gestiones del hogar. Rudolf, de lo que hay al otro lado de ese muro: el campo de exterminio de Auschwitz.

Glazer adapta la novela de Martin Amis de forma libre con un precepto cinematográfico que lleva a sus máximas consecuencias: cómo trasladar el horror de Auschwitz sin mostrarlo en imágenes, cómo trabajarlo en fuera de campo. El diseño de sonido juega un papel importantísimo, así como los decorados. El británico mandó instalar multitud de pequeñas cámaras en las paredes, de manera que la intervención a la hora de filmar fuese mínima, buscando un naturalismo gélido por parte de los actores. Comanda el reparto Sandra Hüller, ya que el marido apenas aparece por el hogar, personificando ella la banalidad de ese horripilante mal que fue Auschwitz.