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CLASE MAGISTRAL DE MORGAN FISHER: PELÍCULAS COMO RESPUESTAS
- 60 min.
La práctica artística de Morgan Fisher se ha diversificado desde finales de los años 60 por el cine, la videoinstalación y la pintura. En lo relativo al cine, sus películas examinan conceptualmente los procesos de producción cinematográfica. En esta masterclass, Fisher abordará el proceso detrás de la creación de su última película, Another Movie (2018), pensada como una suerte de respuesta a la obra canónica del cine experimental A Movie (1958), de Bruce Conner. La película de Fisher retoma la música de la Conner, Pinos de Roma, de Respighi. Another Movie juega con la colisión entre las ideas de Respighi sobre su propia composición, que Fisher nos muestra, y con la memoria de las y los espectadores familiarizados con la obra de Conner. Una especie de experimento a través del cual Fisher abordará sus intereses y líneas de trabajo de los últimos años.
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(S8) XV Mostra Internacional de Cinema Periférico
CLASE MAGISTRAL DE MORGAN FISHER: PELÍCULAS COMO RESPUESTAS
Versión lingüística:VOSEFormato:HDEntrada gratuíta.
- Ano:2024
- Países de producción: Estados Unidos
Morgan Fisher. Usted está viendo una película
Elena Duque
Cuando la mayoría de la gente dice “película”, normalmente tiene en mente algo muy concreto. Un “cortometraje” o un “documental”, en ese esquema de ideas, no son “películas”, porque una película sólo puede ser un largometraje de ficción. Asimismo, cuando se dice “cine”, se piensa en ese establecimiento al que entramos a ver películas con una bolsa de palomitas en la mano. Y, si hubiese que convertir esas palabras (película, cine) en un cliché gráfico, tendríamos la silueta de una cámara de cine, una silla de director (de esas plegables con asiento y respaldo de lona), una lata de película o una tira de celuloide con sus perforaciones. Todo eso nos lleva a una idea fosilizada del cine industrial, y a los modos hacer de Hollywood, que a su vez también se propagan en libros y tratados que nos muestran maneras estandarizadas y unívocas de escribir un guion, de planificar una escena con sus ejes y raccords, de iluminar un decorado, etc.
Morgan Fisher (Washington D.C., 1942) es en cierto modo el eslabón perdido entre esa idea hollywoodense de las películas y el cine experimental, gracias a una serie de obras que desmenuzan con inteligencia y humor las convenciones del cine industrial, en un esquema de pensamiento conceptual que remite a las vanguardias. La mayor parte de las películas de Fisher son auténtico metacine, películas que señalan: “usted está viendo una película”, y esa película que usted está viendo trata sobre hacer una película vaciada de cualquier contenido que no sea eso mismo. Se ha dado en llamar a las películas de Fisher “cine estructural” por su abordaje material del cine, pero lo cierto es que esta idea no es del todo acertada pues su interés se dirige más bien hacia los procedimientos convencionales, que en los años en los que empezó a trabajar, finales de los años sesenta, involucraban irremediablemente el trabajo con celuloide, proyectores, métodos de sincronización, cámaras y demás parafernalia (que, curiosamente, sigue representando gráficamente al cine). Cada película es un sistema cuidadosamente pensado, en donde las decisiones últimas las toman los estándares industriales: la duración de los rollos de película, los equipos más usados, los modos de proceder reglados, las categorías predeterminadas. Fisher, que también es pintor y adapta a la pintura este modo de hacer, ha expresado su cercanía con Duchamp y el ready made, y en cierto modo lo que hace en su cine es ponernos ese objeto fabricado industrialmente frente a nuestros ojos para que lo importante en la obra no sea ella misma sino el gesto que proclama.
Los dos programas que dedicamos a la obra de Fisher no siguen estrictamente un orden cronológico en su filmografía. El programa 1 se centra en la mirada oblicua de Fisher a todo lo que hay detrás y a los lados de las películas hollywoodenses, estando ordenadas las películas de Fisher de acuerdo a lo que sería el orden de producción de una película. Empezamos con la fases preparatorias de una película en The Director and His Actor Look at Footage Showing Preparations for an Unmade Film (2) a películas que aluden al rodaje: Production Stills es una película que consiste en la documentación de su mismo rodaje, y Production Footage nos muestra cómo se carga un rollo de película antes de rodar, y cómo se descarga cuando se ha terminado en un doble juego de miradas que reconocemos por las cámaras retratantes y retratadas. La duración de estas películas, o de sus partes, viene determinada por la duración de los rollos de película, en una expresión de Fisher en su amor por los estándares. El montaje, siguiente fase de la producción de un film, viene expresado en películas como Standard Gauge, en la que Fisher traza una suerte de autobiografía ligada a los procedimientos de montaje industriales (campo en el que trabajó en los años sesenta), a base de sus sobras, recortes, y desechos. Es, a su vez, una historia del 35mm, formato estándar del cine industrial, contada en una toma única en 16mm en la que vemos, literalmente, la tira de celuloide. Finalmente, aludiendo también al montaje y a cierta parte de las prácticas del cine comercial, () está compuesta de “insertos”, tomas en close-up de objetos y acciones hechas para engrasar el montaje, y que normalmente eran rodadas por asistentes (procesos residuales que aluden, de nuevo, a esos márgenes y trastiendas de las producciones cinematográficas). El metraje encontrado que veíamos en su materialidad en Standard Gauge aquí llena la pantalla, lo que se concibió casi siempre como relleno constituye la materia principal del film que vemos.
El segundo programa se adentra en procesos que involucran lo técnico y que remiten al funcionamiento de las máquinas del cine. Para empezar, Projection Instructions nos hace conscientes de la existencia de un proyector y de un proyeccionista gracias a una serie de instrucciones y gestos que convierten al proyeccionista en protagonista. Picture and Sound Rushes incide en el sonido, y en los procedimientos habituales de grabación de sonido (sincronizado o no) de la industria. Cue Rolls nos muestra en primer plano un sincronizador de cine, dispositivo que sirve para transmitir un set de instrucciones a la persona que realiza el corte de negativo para armar las copias finales de una película en cine. Phi Phenomenon alude al funcionamiento de la cámara y el proyector, a través del fundamento del cine: el fenómeno Phi, ilusión óptica de nuestro cerebro que hace percibir movimiento continuo aparente en donde hay una sucesión de imágenes estáticas, y que aquí es probado humorísticamente con una toma estática de un reloj en la que se mueve el minutero de una manera tan lenta que no podemos realmente “ver” ese movimiento. 240x alude a una parte del proyector, la cruz de Malta, que produce el movimiento intermitente del arrastre de la película. En este caso, vemos a Fisher a lo largo del proceso de producir una película con este tema, descomponiendo y volviendo a animar a su “sujeto”. Esta idea de los aparatos en funcionamiento se ve de manera más oblicua en Documentary Footage, a través de la grabadora que protagoniza el film junto a una mujer. El título, “metraje documental” vuelve de nuevo a la autorreferencialidad: no sólo juega la película con un código canónico del documental, la entrevista, sino que documenta fielmente en una toma continua la premisa o partitura de Fisher para establecer un diálogo entre la máquina y la performer, entre el pasado inmediato y el futuro, entre el ser y su registro grabado.