Paulo Rocha
Del 24 de enero de 2023 al 28 de febrero de 2023
La Filmoteca de Galicia programa una retrospectiva sobre el cineasta portugués Paulo Rocha (1935-2012) que parte de la iniciativa de la distribuidora Atalante Cinema, Paulo Rocha Esencial, que lanza cinco de sus títulos más conocidos en versiones restauradas (cuatro de ellos estrenos en España), y se complementa con otros cinco largometrajes y varios cortometrajes procedentes de la Cinemateca Portuguesa, también en nuevas copias restauradas.
Junto a cineastas como Fernando Lopes, Paulo Rocha puso los cimientos del Cinema Novo Português en los años sesenta. Su figura es indisociable de la historia del cine portugués, marcándola a lo largo de las seis décadas que van de Os verdes anos (1963) a Se eu fosse ladrão… rouvaba (2012), afirmándose como uno de los grandes autores del cine moderno. Su obra configura una mirada de conjunto sobre la “portugalidad”, a partir de una serie de encuentros y choques: entre el campo urbano y el rural, o entre la modernidad cultural y las tradiciones populares, a veces en diálogo con las formas y expresiones culturales exógenas, como en sus películas (en particular A illa dos amores) que reflejan la presencia portuguesa en el Lejano Oriente, también basadas en la experiencia personal. Es también una obra marcada por la estética del collage, trabajada por primera vez ten Pousada das Chagas.
Nacido en Oporto, fue en esa ciudad, en 1955, donde “descubrió” el cine en una proyección de Jigoku mon, de Teinosuke Kinugasa. Practica la cinefilia en Lisboa, donde frecuenta la Facultad de Derecho y forma parte del grupo de estudiantes universitarios católicos reunidos en el CCU (Cine Clube Universitário), antes de partir para París, donde es espectador habitual de la Cinematheque (tiene un contacto fundamental con las películas de Kenji Mizoguchi), y se gradúa en dirección por el IDHEC (Institut des Hautes Études Cinématographiques), siendo asistente de Jean Renoir en Le caporal épinglé (1962), rodada en Viena. “Se lo debo todo a Renoir, visto y revisto”. Como maestro portugués eligió a Manoel de Oliveira, con quien colaboró en A Caça y, sobre todo, Acto da Primavera, a su regreso a Portugal en 1961. Se inicia en la realización con el largometraje Os verdes anos, un film lisboeta que surge como la primera y decisiva bocanada de aire fresco para el cine portugués. Será principalmente director de largometrajes de ficción, dando cuenta también de su recorrido biográfico, hecho de pasos portugueses y japoneses (es agregado cultural de la Embajada de Portugal en Tokio entre 1975 y 1984).
Producido inicialmente por António da Cunha Telles (Os verdes anos, Mudar de vida), se asocia al Centro Portugués de Cine (Pousada das Chagas), concibiendo una estructura de producción propia a partir de A illa dos amores. En Suma Filmes –o Gafanha Filmes, en el caso de e eu fosse ladrão…– asume el papel de productor-director, produciendo también directores como Edgar Feldman, Manuel Mozos, Rita Azevedo Gomes o João Viana. Como actor, Rocha colaboró con algunos de estos directores, pero también con Jorge Silva Melo (Passagen ou a Meio Caminho), Manoel de Oliveira (Francisca, Le Soulier de Satin), João Canijo (Tres Menos Eu), Fernando Lopes (O Fio do Horizonte) o Raquel Freire (Rasganço). Su biografía también incluye la dirección del Centro Português de Cinema en la década de 1970 y el paso por la Escola Superior de Cinema, donde marcó a generaciones de futuros directores, no menos impresionados por sus películas.
Reelaboración de un texto de la Cinemateca Portuguesa (2014)
En colaboración con Cinemateca Portuguesa.
Con la colaboración de