CORRESPONDENCIAS: PELÍCULAS COMO CARTAS
Del 15 de marzo de 2018 al 20 de marzo de 2018
Una correspondencia visual se puede filmar o no pensando en alguien, puede ser o no enviada, o incluso es posible que ese destinatario sea imaginario. La carta como película puede converger en el diario filmado en su materia-vivencia, pero la orientación es diferente. La polisemia de muchos de los títulos de este ciclo permiten redirigir poéticamente estas películas hacia la correspondencia, del mismo modo que muchos cineastas deciden compartir con amigos, familiares o parejas un material que inicialmente se filmó con otro propósito y que de repente se vuelve íntimo. La bobina física y la proyección efímera son aquí el resultado de un afecto recíproco, de las películas hechas con amigos o familiares (Mekas, Muñoz, Dorsky, Schwartz, Aurand, Sherwin, Frampton, Markopoulos). En ocasiones, los cineastas incluso se filman entre sí (Brakhage y Mekas, Aurand y Muñoz), otra manera de corresponderse.
Más allá de las películas contenedoras de cartas (News from Home de Akerman o Red Shift de Gunvor Nelson), en este ciclo los planos son páginas que giran, y las imágenes hojas llenas de palabras. Se escribe como se filma y se filma como se escribe. Es el alargado brazo del sonido que toca a la imagen en (nostalgia) de Frampton. Imágenes sonoras o, en el caso de Gatten, palabras-objeto condensadas literalmente. Los paneles de texto, los viejos libros filmados como estratos, la evocación del lenguaje sin un significado específico, la proyección de palabras, los reflejos y sombras de árboles y pájaros recuerdan a los mensajes de Sherwin o a los instantes de Schüpbach, donde la pantalla se convierte en cuaderno y el cuaderno en pantalla.
(...) La carta filmada puede adoptar la forma de la nota, el haiku, la carta de visita, la dedicatoria, el regalo, la ofrenda, la elegía, la celebración, la oda, la canción, el soneto, la despedida. En cualquier caso, en muchas de ellas hay una forma de brevedad intensa, una amplificación de la sustancia miniaturizada, una experiencia de tiempo condensado. La elipsis es la cualidad del boceto: a veces la cámara se percibe como un lápiz y se filman las imágenes como si se dieran pinceladas, una a una. Pero lo instantáneo, lo fugaz (el paso de las estaciones), no conlleva necesariamente la opción de la toma única (filmar un plano, disparar una toma). De ahí la fusión de movimientos contrapuestos en el frenesí dionisiaco de los jeroglíficos de Sonbert.
Este ciclo se ha montado construyendo módulos y re-conociendo constelaciones. Pero entre cada grupo pueden aumentar también las correspondencias o las oposiciones, como en los programas efímeros de Helga Fanderl. Se sabe que, al igual que los Envíos de Jeannette Muñoz, Stan Brakhage realizaba múltiples copias de sus Songs en 8mm para regalar y enviar a amigos, pero también para proyectarlas, como aquí, en un espacios íntimos, en un cine-casa. En medio de esa sensación de estar espiando por el ojo de una cerradura, en el paso de lo íntimo a lo compartido, nos convertimos de repente en los nuevos espectadores ideales de estos cineastas.
PROGRAMA CONSTELACIONES AFECTIVAS
Jonas Mekas, Susan Sontag, Shirley Clarke, Allen Ginsberg, los Kuchar o Jasper Johns son algunos de los 33 retratados en Galaxie, a los que Markopoulos visitó en sus casas o estudios. Rebobinando cada vez que acababa la bobina, la identidad del retratado crecía con cada capa. En la séptima toma, propuso a cada uno que eligiese un objeto personal (dibujos, postales, fotos, juguetes, máscaras, crucifijos). La constelación de afectos surge del encuentro entre las acciones limitadas del retratado y los single frames, los fundidos, la mano que golpea la lente, los movimientos sinuosos o el montaje en cámara del cineasta.
PROGRAMA PADRES/MADRES-HIJOS/AS/AHIJADOS/AS
Una cápsula de tiempo que conservar en el futuro; una vuelta atrás en el momento de la proyección. Estos fragmentos registran momentos de la vida de varios niños, su infancia o su adolescencia. En algunas de estas películas, los niños parecen atemporales. En otras, les vemos crecer (Franz, Fragmentos amorosos). Los niños determinan la duración de las tomas, la altura a la que se filma, la forma de la película (los trazos, la energía, los reencuadres, los gestos de la cámara), la construcción de mundos a partir de espacios diminuto. Todo retrato de un niño es una carta al adulto que será en el futuro.
PROGRAMA LA PALABRA-IMAGEN
Messages es una exploración sobre las diferentes edades de la cultura escrita –el papel, la tierra, la piedra, la arena, el cristal son soportes textuales- en la que Sherwin trabaja con asociaciones libres (los dibujos de su hija Maya con el alfabeto indio). En Instants, como en Messages, la mano, el agua o el viento relaciona los sentidos con otra página y con un texto prefigurado por los ritmos del filme. La pantalla como cuaderno, la palabra como imagen: en The Great Art of Knowing, Gatten desdibuja la separación entre escritura y dibujo, palabra impresa o escrita, combinando tratados científicos, libros de instrucciones, cartas, reflejos de pájaros y sombras de palabras.
Ciclo comisariado por Francisco Algarín Navarro y Garbiñe Ortega