Paseo por el amor y la muerte

Assaf Dayan, un brillante y guapo chico que puede actuar, y Anjelica Huston, una sencilla, inmensamente atractiva joven que quizás no pueda, interpretan a unos amantes que se deslizan inexorablemente hacia la muerte en la lucha entre campesinos y nobles franceses que tuvo lugar en la Guerra de los Cien Años. (…) La Historia se imprime en la película de diversos modos y desde distintas direcciones. Los escenarios, localizaciones reales en Austria e Italia, pero no en Francia, son todos reales. Los vestidos y conjuntos de los actores parecen históricamente precisos de una forma no habitual en dramas de época. La música, de George Delerue, toda ella registros de inspiración medieval, imita el estilo histórico con un gusto tan tranquilo que uno casi anhela a Elmer Bernstein. Y se ve también en las ideas que, aun siendo malas en su mayoría, rigen la vida de los personajes — responden a lo histórico, hay mucha historia aquí. Lady Claudia (Anjelica Huston) defiende su virtud con fervor victoriano, incluso si Heron de Foix (Assaf Dayan) la asedia con la mitad del arsenal galán de un hedonismo propio de inicios de los sesenta. Mientras, el tío de Claudia, Robert el anciano (John Huston), él también noble, sigue la inclinación del liberalismo de los años treinta y les lanza los campesinos a su prole.