Música
Musik
Aliocha Schneider, Agathe Bonitzer, Marissa Triandafyllidou, Argyris Xafis, Konstantinos Lainas
- 108 min.
Abandonado al nacer en las montañas griegas una noche de tormenta, Jon es acogido y adoptado por unos granjeros, sin llegar a conocer a sus padres biológicos. Años después, tras ser encarcelado como responsable de un accidente mortal, Jon conoce a Iro, celadora de su prisión. Ella parece buscar su presencia, le cuida, le graba música y una unión muy fuerte se establece entre ellos. Pero Jon empieza a perder visión progresivamente… Desde ese momento, y a pesar de los obstáculos, comenzará a vivir su vida con toda plenitud.
- Ano:2023
- Países de producción: Alemania, Francia, Serbia
- Guión: Angela Schanelec
- Fotografía: Ivan Markovic
- Montaje: Angela Schanelec
- Productora(s): Faktura Film, Les Films de l'Après-Midi, Heretic
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El horrendo olor de la sangre
Crítica de Rubén Téllez Brotons (El antepenúltimo mohicano)
Tráiler del filme
Avance cinematográfico VOSE
Entre las notas
Imogen Sara Smith (Film Comment)
«La mano puede mentir menos que la cara». Esta fue la respuesta de la directora Angela Schanelec a un miembro del público que le preguntó por su aparente obsesión por filmar las manos (…) yo me entregué a un ensueño hipnótico de manos y pies, paisajes y cuerpos, miradas y gestos, y personas que de repente elevaban sus voces en un canto.
Hablando de pies: una educación clásica o una rápida busca en Google le informará de que el nombre Edipo significa «pie hinchado», un apodo otorgado por un pastor que encuentra al niño abandonado con los tobillos atados. Eso explica por qué el protagonista de Música, un joven llamado Ion (Aliocha Schneider), es presentado con los pies ensangrentados y abrasados mientras sale de un coche. (…) Es como si fragmentos del Edipo Rey de Sófocles se hubieran colado en Música, imágenes a medio recordar que se arremolinan como los restos de un naufragio. (…) Sin embargo, también es necesario comprender que los personajes principales de Música nunca envejecen de manera visible a pesar de que la película abarca varias décadas, lo que hace que las diferencias entre generaciones sean imposibles de discernir.
(…) [A Schanelec] no le interesa volver a contar la historia de Edipo; no hay ningún enigma narrativo que resolver. (...) imágenes que riman cosen la película: motivos de lavados, adultos que acarrean niños, gente entrando y saliendo de coches.
Y luego están esos primeros planos de manos que rodean a un cangrejo que se escabulle o a un ratón que se retuerce, pasando una toalla o recibiendo dinero. La unión romántica de Ion e Iro (Agathe Bonitzer), una guardia de la prisión donde cumple un año de condena por homicidio y con la que más tarde se casa, se expresa en una de las imágenes más bellas de la película, en la que se lavan las manos juntos bajo un grifo. El motivo más frecuente es una mano agarrando una muñeca. Normalmente, estos gestos están impregnados de ternura -las manos se ven consolando o cuidando a otros-, pero la misma imagen precede a la acción violenta que convierte a Ion en un asesino, subrayando la ambigüedad de este encuentro.
Los primeros planos que aíslan partes del cuerpo se alternan con planos largos muy extremos en los que los actores aparecen como hormigas en vastos paisajes primigenios: las montañas blanqueadas y cubiertas de maleza y las escarpadas calas de Grecia. Los largos planos estáticos, por ejemplo de una habitación vacía o de alguien mirando al vacío, están separados por cortes que a veces nos hacen avanzar años, aunque solo podemos adivinar cuánto tiempo ha pasado por el envejecimiento de los niños o la adquisición por parte de Ion de unas gafas negras (...) lo notable es el rechazo final de Schanelec a la tragedia. (…) La tensión entre realidad e ilusión siempre está en el corazón del cine. Ésta canta a lo largo de una extraña y fascinante película, que, como la música, no puede explicarse, solo experimentarse.