
Love Hotel
Rabu hoteru ラブホテル
Minori Terada, Kiriko Shimizu, Noriko Hayami, Nobutaka Masutomi, Rie Nakagawa
- 88 min.
Tetsuro Muraki espera a una prostituta en su habitación de hotel. Su pequeña empresa editorial ha entrado en bancarrota, la yakuza ha atacado a su mujer y él tiene la intención de morir llevándose consigo la vida de su acompañante. Esta pequeña obra maestra, en la que Shinji Sōmai hace su particular y melancólica incursión en el roman porno de la Nikkatsu, nos muestra entre los neones de la ciudad el encuentro entre un hombre y una mujer que intentan construir una nueva vida a la vez que siguen atrapados en su pasado.
*No recomendada para menores de 18 años (contenido erótico).
Imagen ©1985 NIKKATSU Corporation
- Ano:1985
- Países de producción: Japón
- Guión: Takashi Ishii
- Fotografía: Tadashi Miura, Katsuji Oyamada, Noboru Shinoda
- Montaje: Isao Tomita
- Productora(s): Nikkatsu, Director’s Company
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Crítica del filme
Rouven Linnarz (Asian Movie Pulse, en inglés)
Escena del filme
Subtítulos en portugués
Sōmai se adentra en el roman porno
A inicios de los setenta, la Nikkatsu, una de las grandes productoras de Japón, veía con preocupación cómo sus películas de yakuzas, que habían modernizado el género en las décadas de los cincuenta y sesenta, mostraban ya claros síntomas de fatiga. Supieron ver que el sexo y la violencia más explícita daban sus frutos en taquilla, de ahí que intentasen hallar otra fórmula generadora de yenes. La encontraron en el roman porno, lo que definieron como “pornografía romántica”, no muy alejada del porno narrativo del que también hacían gala las cintas americanas en sus diversas variantes de exploitation.
Si una cosa caracterizó el roman porno con respecto a sus primas occidentales fue, en la tradición erótica de Japón, su catálogo de perversiones, a veces de categoría sobrenatural. El uso de anguilas o pulpos con fines extraculinarios o las violaciones más o menos justificadas a mujeres, siempre filmadas como objeto de deseo masculino, están a la orden del día en estas producciones. Las mejores son capaces de ir más allá de la simple obscenidad para retratar, a través de estas conductas sexuales violentas, los males de la sociedad nipona.
Love Hotel es una de ellas. Aunque se inicia con un acto de violación que acabará por unir a una improbable pareja, lo que interesa a Sōmai es sobre todo la dinámica que se establece después entre ambos protagonistas, dejando al descubierto sus desequilibrios emocionales, con un tono más próximo al de un melancólico melodrama que al de una película erótica. Temas como las relaciones tóxicas o el suicidio se tratan sin tapujos en un roman porno a contracorriente y preocupado por filmar el acto sexual con un cierto barroquismo estético muy alejado de la pobre media de estas producciones.