Leo

Páginas de relatos literarios inconclusos, de múltiples guiones que no pudieron convertirse en películas, de proyectos de producción a cual más singular (junto a figuras como Peter Weiss o Vargas Llosa), de libros propios y ajenos que no se llegaron a publicar; de legajos, documentos, entrevistas, revistas, periódicos y registros oficiales consultados sin descanso en pro de apasionantes investigaciones historiográficas no culminadas (el apoyo de Hollywood a la causa republicana durante la Guerra Civil, el exilio cinematográfico español tras la instauración de la dictadura, el diario de Edgar Neville), pero también infinidad de presupuestos, informes, viajes, formularios y conversaciones con instancias gubernamentales y administrativas para sacar adelante películas dirigidas por otros directores, más gestiones culturales de hondo calado (la compra de la casa de Buñuel en México) y empeños a contracorriente no menos insólitos y ambiciosos (sus soñadas películas con Buñuel, Imperio Argentina, Mickey Rooney o Mario Moreno, 'Cantinflas'), emergen así de aquel 'baúl de los cadáveres' en el que tantas veces se le quedaron arrumbados a Borau muchos de sus trabajos más personales.

Nos damos cuenta así (...) de que quizás la historia del cine español durante la segunda mitad del siglo veinte y la primera década del XXI, y desde luego también parcelas decisivas de la memoria histórica de este país, habrían encontrado otros caminos enriquecedores, otras aportaciones sabias, en fructífero diálogo con su presente contemporáneo, si los más relevantes empeños fallidos que hasta ahora permanecían ocultos en la masa sumergida del 'iceberg Borau' hubieran llegado a buen puerto y fueran ya patrimonio cultural de este país, igual que lo son sus películas realizadas.

En Iceberg Borau. La voz oculta de un cineasta, sobre los proyectos inconclusos del cineasta (ed. ECAM, DAMA, Academia de Cine, 2024).