
La tragedia de Xirobio
Julio Rúa, José Signo.
- 44 min.
Adaptación libre de una de las narraciones del libro Cousas, de Alfonso R. Castelao,la que empieza “Xa van alá moitos anos…”, La tragedia de Xirobio es el primer largometraje de ficción de producción gallega. Fue dirigido por el periodista José Signo Garcés y rodada íntegramente en Vigo en 1930. Promovida por Vicus Films,su estreno estaba previsto para 1931, pero este no se llevó finalmente a cabo.
Dividida en cinco partes, la película está ambientada en Vigo en el Entroido de 1930, cuando el boticario Xirobio recibe la visita de su amigo Moreno, compañero de andanzas nocturnas del protagonista con una propuesta de una “bacanal carnavalesca”.
Filme restaurado en 2002 por el CGAI y Filmoteca Española a partir de los materiales recuperados por Filmoteca Española. Digitalizado en 4K en 2023.
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La tragedia de Xirobio
Versión lingüística:MudaFormato:DCPEntrada de balde
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La tragedia de Xirobio
Versión lingüística:VOFormato:HD -
- Ano:1930
- Países de producción: España
- Guión: José Signo, Alfonso R. Castelao (argumento)
- Productora(s): Vicus Films
Comentario del filme
Xosé Nogueira
Realizada por el periodista José Signo a lo largo de 1930, La tragedia de Xirobio constituye nada más y nada menos que la primera tentativa de realizar un largometraje de ficción propiamente gallego (campo —el ficcional— en el que solamente contábamos con un precedente lejos en el tiempo: el cortometraje Miss Ledya, dirigido en 1916 por José Gil). La iniciativa corrió a cargo de una productora de reciente creación —concretamente, se había presentado en verano de 1929—, la Vicus Films, que venía de poner en circulación su propio noticiario, concebido como alternativa a los que se estaban facturando desde la Galicia Cinegráfica del mentado Gil y destinado no solo al mercado local, sino a la distribución por todas las «Embajadas y Consulados de Europa y América» (...), según anunciaban sus responsables en la declaración de intenciones que realizaron al periódico Faro de Vigo (10-7-1929). Mas en esa primera noticia periodística verbo de las intenciones de la nueva firma encontramos que, más allá de la producción de ese noticiario, el gran objetivo a desarrollar era la producción de películas «con argumento y actores vigueses» en las que aspiraban a seguir las pautas de la cinematografía rusa, con repartos extraídos de los ambientes en los que se situara la acción.
Unos principios programáticos inusitadamente modernos (...) que intentarán poner en práctica en La tragedia de Xirobio. Una tentativa que, advirtámoslo ya, sería la única en este sentido, pues el restante material producido por la Vicus en su breve andadura —no pasó más allá de un par de años— se insirió en el ámbito más habitual del reportaje.
El film se basa en una de las cuarenta y cuatro pequeñas piezas que conforman el libro Cousas de Alfonso Daniel Castelao, concretamente la que comienza «Xa van alá moitos anos», adaptada libremente —muy libremente, podríamos decir— por el propio José Signo, que también se encargó de realizar los intertítulos (en castellano, aunque con numerosos galleguismos) según afirman los créditos iniciales, los que nos informan al mismo tiempo de que el Xirobio del título está interpretado por el actor Julio Rúa, mientras que la ilustración musical corrió a cargo de Ángel Teijeiro. Ambos —actor y músico— vinculados a la Agrupación Dramática Gallega, puesta en marcha por Emilio Nogueira cuatro años antes en la ciudad de Vigo con el objetivo de recuperar las actividades dramáticas en gallego en esos últimos años de la dictadura primorriverista.
O que se conta neste filme, dividido en cinco partes, é máis ou menos o seguinte: Entroido do ano 1930 na cidade de Vigo. O maduro, panchudo e mullereiro boticario Xirobio recibe a visita do seu amigo Moreno (interpretado —tamén— por José Signo), home elegante e atilado, compañeiro de andanzas nocturnas do protagonista. É domingo de Piñata e Moreno vén invitar a Xirobio a unha «bacanal carnavalesca», pero este rexeita a oferta, malia que o seu amigo non dubida en tirar do peto unha serie de fotografías de belas mozas (Paca, Fé, Lola, Clara, Fifí, Carola...) coas que teñen compartido noites de baile e xolda. Mais Xirobio mantén— non sen esforzo— a súa negativa: o domingo de Entroido é para el desde hai anos un día «sagrado» no que non pode saír. Así e todo, Moreno insiste e Xirobio acorda pasar á rebotica e contarlle os motivos da súa decisión. Tempo atrás e durante anos, Xirobio tivera que atura-la visita nos domingos de Entroido de dous trouleiros disfrazados que tapaban os seus rostos con máscaras choqueiras. Coñecedores dun segredo que para Xirobio era inconfesable, non dubidaban en invadi-la súa casa montando rebumbio, mofándose del e rindo a cachón, a máis de arramplar con viandas e licores. Ano tras ano, o boticario facía o posible por se agochar e eludi-las burlas, pero era inútil. Ó cabo e xa desesperado logo de ser descuberto unha vez máis, decidiu cambiar de táctica: convidounos a unha botella de augardente mesturada cunha gran dose de purgante. Os choqueiros beberon ata o remate o temible combinado e saíron da casa. Endexamais reapareceron. E Xirobio ficou comido polos remorsos, preguntándose desde entón se morrerían.
Lo que se cuenta en este film, dividido en cinco partes, es más o menos lo siguiente: Carnaval del año 1930 en la ciudad de Vigo. El maduro, panzudo y mujeriego boticario Xirobio recibe la visita de su amigo Moreno (interpretado —también— por José Signo), hombre elegante y atilado, compañero de andanzas nocturnas del protagonista. Es domingo de Piñata y Moreno viene a invitar a Xirobio a una «bacanal carnavalesca», pero este rechaza la oferta, a pesar de que su amigo no duda en sacar del bolsillo una serie de fotografías de bellas chicas (Paca, Fé, Lola, Clara, Fifí, Carola...) con las que han compartido noches de baile y jolgorio. Pero Xirobio mantiene —no sin esfuerzo— su negativa: el domingo de Carnaval es para él desde hace años un día «sagrado» en el que no puede salir. De todas formas, Moreno insiste y Xirobio acuerda pasar a la rebotica y contarle los motivos de su decisión. Tiempo atrás y durante años, Xirobio había tenido que aguantar la visita en los domingos de Carnaval de dos ‘trouleiros’ disfrazados que tapaban sus rostos con máscaras ‘choqueiras’. Conocedores de un secreto que para Xirobio era inconfesable, no dudaban en invadir su casa montando rebumbio, mofándose de él y riéndose a carcajadas, además de arramplar con viandas y licores. Año tras año, el boticario hacía lo posible por esconderse y eludir los recochineos, pero era inútil. Al fin y ya desesperado después de ser descubierto una vez más, decidió cambiar de táctica: los invitó a una botella de aguardiente mezclada con una gran dosis de purgante. Los ‘choqueiros’ bebieron hasta el final el temible combinado y salieron de la casa. Jamás reaparecieron. Y Xirobio quedó comido por los remordimientos, preguntándose desde entonces si morirían.
(...) Cabe reconocer que, para ser el primer largo autóctono, el argumento es —por lo menos en su parte final— algo sorprendente (destaquemos, de paso, el hecho de que se escogiese una historia estrictamente urbana). En cualquier caso, de su posible recepción en el momento nada podemos saber, pues —y por causas aún por esclarecer— el film no llegó a las salas cinematográficas (a pesar de que la productora anunciaba su inminente estreno a comienzos de 1931). Por tanto, y por encima de otras consideraciones, parece que en principio estamos —una vez más— frente a un proyecto promovido desde una productora modesta, provisoria y escasamente capitalizada, que no fue capaz de canalizarlo hacia los circuitos comerciales.
En cuanto a los presupuestos formales y narrativos por los que se rige La tragedia de Xirobio, estos provienen del cine silente (lo cual es lógico: los mismos que en la producción española del momento aún; recordemos, al mismo tiempo, que a partir del mes de marzo de ese mismo año de 1930 comenzaron a estrenarse en las ciudades gallegas las primeras muestras de cine sonoro), del cual toma diversas y variadas referencias.
(...) Tras las imágenes vislumbramos, a veces, un operador amateur, que no mueve la cámara, con el que los actores miran y rían a la misma, que comete numerosos errores de raccord, que echa mano del plano frontal y del tableau más primitivos, al que se le cuelan en los encuadres de exteriores numerosos curiosos o despistados... alguien, en fin, que aún no domina los rudimentos de la narrativa cinematográfica. Pero, en otras ocasiones, aparece un trabajo con la imagen que intenta asumir —siempre desde el trabajo con la profundidad de campo a partir de un encuadre que potencia al máximo las líneas diagonales— no solo los hallazgos del modelo narrativo norteamericano (las escalas de encuadres, las angulacións y movimientos de cámara, la diversidad de puntos de vista, el encuadre como «puerta» por la que se puede entrar y salir en relación con el conflicto, la valoración del espacio en off, etc.) sino incluso algunas de las propuestas aportadas por las vanguardias cinematográficas de los años 20, de manera que determinadas secuencias (la actuación del grupo folclórico en la plaza, la deriva hacia el delirio de Xirobio) muestran búsquedas formales y recursos plásticos directamente deudores de cinematografías como la soviética o la alemana. Ambivalencias que, lógicamente, también se reflejan en los restantes elementos linguísticos empleados: del corte en seco al fundido en negro y de ahí al encadenado de imágenes; del plano fijo e inmóvil al montaje confuso y mal resuelto (sobre todo en las escenas de interiores) en unos casos, y a un concepto analítico de la misma en otros...
En definitiva, los aproximadamente 50 minutos que componen La tragedia de Xirobio constituyen no solo uno de los eslabones más relevantes —desde su misma condición, por tanto, de largometraje ficcional— en la endeble historia de nuestra cinematografía, sino un conjunto de imágenes animadas aún enigmático en buena medida (verbo de su rodaje, de su financiación, de todos los hacedores implicados, de su destino imediato y posterior) y abierto a la investigación.
(Xosé Nogueira, en 'Diccionario do cine en Galicia (1896-2000)', CGAI, 2002)