La hierba errante
Ukigusa / 浮草
Ganjirô Nakamura, Machiko Kyô, Ayako Wakao, Hiroshi Kawaguchi
- 119 min.
Los hermanos Minoru e Isamu Hayashi son dos adolescentes que viven con sus padres y su tía en un barrio de las afueras de Tokio en los años 50. Todos los vecinos se conocen en la comunidad y los cotilleos se propagan con rapidez. Los Hayashi se niegan a comprar un televisor, por lo que Minoru e Isamu siempre tienen que ir a casa de unos amigos cuando quieren ver algún programa. Como protesta, los hermanos emprenden una huelga de silencio contra todo el mundo.
- Ano:1959
- Países de producción: Japón
- Guión: Kôgo Noda, Yasujirô Ozu
- Fotografía: Kazuo Miyagawa
- Montaje: Toyo Suzuki
- Productora(s): Daiei
La hierba errante
Yasujirô Ozu
La Daiei me había invitado a rodar una película ya en los tiempos en los que estaba Mizoguchi. Luego me lo pidieron repetidamente: las peticiones llegaban incluso de Nagata, el presidente de la Daiei. Pero yo tenía un contrato con la Shochiku para hacer una película al año. Normalmente, esa película me ocupaba todo el año. Precisamente aquel año, sin embargo, había terminado Buenos días antes de lo previsto, y me quedaba el tiempo justo para hacer una película para la Daiei. Así que acepté: así podía cumplir aquella antigua promesa mía.
En la época del cine mudo yo ya había rodado una película con esta misma historia. Pero quería hacer otra, con la Shochiku, ambientada en las nieves de Hokuriku y con un guion titulado Daikon yakusha [Actores de mala muerte]. Aquel año, sin embargo, no había bastante nieve, y ni siquiera yendo hasta Takata o hasta Sado quedaban bien las tomas. Así que suspendí por un tiempo el proyecto y reescribí el guion de arriba a abajo, cambiando la estación y la ambientación. Y la rodé con la Daiei.
El tema era lo que llamamos mono no aware: una historia de otros tiempos, la época era la actual pero con un sabor un poco anticuado de la era Meiji. Habrá quien diga que entonces hubiera sido mejor contar directamente una historia del periodo Meiji, pero tampoco hacía falta. Si se hace una película ambientada en otra época, la investigación histórica necesaria para documentarse puede resultar bastante laboriosa. Digamos que al final lo que hice fue revivir una historia de otro tiempo para adaptarla al nuestro. El operador Kazuo Miyagawa me ayudó muchísimo, y también yo acabé por entender cómo se trabaja con el color. La cuestión es que según el tipo de color hay que utilizar una intensidad distinta en la iluminación. Los colores que percibimos con el ojo, en la realidad, son distintos de los que vemos en una película. Por eso cuando se quiere crear un contraste entre dos colores, si se utiliza una luz con la misma intensidad, uno de ellos queda más apagado. Hay que dejar el otro en sombra, de algún modo, para suavizar el tono. Fue cuando aprendí este tipo de cosas.
Además, el cinemascope se está extendiendo cada vez más. No tengo ninguna intención de hacer películas para pantallas de grandes dimensiones, pero he empezado, intencionadamente, a cambiar un poco la técnica de filmación. Digo que la estoy modificando, no que la vaya a cambiar drásticamente. Hago cambios paulatinos, sin que la gente los perciba. Por ejemplo, los primeros planos han aumentado y las tomas son más breves. Creo que de entre las películas japonesas, las últimas que yo he rodado son las que tienen el mayor número de tomas.
Yasujirô Ozu
en La poética de lo cotidiano. Escritos sobre cine, ed. Gallo Nero, 2017.