La danse des renards
Yoann Blanc, Samuel Kircher, Jean-Baptiste Durand
- 92 min.
En un internado deportivo, Camille, un joven boxeador virtuoso, es salvado in extremis de un accidente mortal por su mejor amigo Matteo. Aunque los médicos creen que está curado, un dolor inexplicable lo invade poco a poco, hasta el punto de poner en duda sus sueños de grandeza.
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Territorios mutantes
Encuentro con Alfredo Ramos
La danse des renards
Versión lingüística:VOSEFormato:DCPEntrada de balde.
- Ano:2025
- Países de producción: Bélgica, Francia
- Guión: Valéry Carnoy
- Fotografía: Arnaud Guez
- Montaje: Suzana Pedro
- Productora(s): Hélicotronc, Les Films du Poisson
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Valéry Carnoy: "Quería mucho nerviosismo, con la mezcla exacta de violencia y ternura"
Aurore Engelen (Cineuropa)
Tráiler
VO francés subtitulada en inglés
Crítica del filme
Jara Yáñez (Caimán. Cuadernos de cine)
Valéry Carnoy parte de su propia vivencia como adolescente en un internado de deportistas, para proponer una reflexión sobre la masculinidad que se centra en Camille, la promesa de su equipo de boxeo. Pero una peligrosa caída accidental no solo le deja una cicatriz en el brazo que le produce un “dolor sin lesión”, como se dice varias veces en el film, sino que supone, precisamente, una fractura con respecto a una cierta masculinidad violenta, competitiva y gregaria a la que pertenece y de la que representa en cierto modo la figura del ‘líder’.
El miedo, el trauma y el dolor emocional (además de la negativa a recibir tratamiento psicológico) hacen que Camille conecte con otra parte de sí mismo que, en la medida que lo aleja de sus compañeros de equipo lo acerca a una taekwondoista, que también toca la trompeta, y a través de la cual podrá reconocer y asumir esa otra parte de él mismo antes censurada, silenciada, oculta. Pero en su siempre cuidadosa, sutil y delicada mirada hacia esa masculinidad en crisis, doliente y perdida que evita estereotipos, tampoco la relación entre ellos caerá en el predecible retrato de un amor romántico. La noche que duermen juntos ella evita el beso (su deseo, solo sugerido, va en otra dirección) pero el abrazo entre ambos dibuja un vínculo íntimo, sólido y reparador que será una tabla de salvación para Camille.
En paralelo, otra relación, la que mantiene con su mejor amigo Matteo, quien le descubrió el boxeo cuando eran niños y le salva la vida después del accidente, muestra el modo en el que el proceso de cambio afecta de manera determinante en la relación de ambos para, desde esa mirada siempre afectiva que el film propone, hacer que finalmente se sobrepongan siempre, a pesar de las diferencias, la lealtad y el amor.
Narrada con el empleo mínimo de recursos para buscar lo invisible de las emociones que retrata, La Danse des renards introduce también, precisamente en la figura del zorro que contiene su título, ese elemento simbólico, casi mágico por momentos, que contiene la idea de lo salvaje, de la soledad, pero también de la libertad.