Fanny y Alexander (Eps: 4-5)
Fanny och Alexander
Bertil Guve, Pernilla Allwin, Gunn Wållgren, Ewa Fröling, Jarl Kulle, Erland Josephson, Allan Edwall, Börje Ahlstedt, Mona Malm, Gunnar Björnstrand, Jan Malmsjö, Mats Bergman, Lena Olin, Peter Stormare
- 138 minutos
1907, Uppsala. La historia familiar de los Ekdahis, que se dedican al teatro y tienen dos hijos con los que viven felices, Fanny y Alexander. Cuando el padre muere de forma repentina, la madre se casa al poco tiempo con un obispo muy conservador y eso cambiará sus vidas.
- Ano:1983
- Países de producción: Alemania, Francia, Suecia
- Guión: Ingmar Bergman
- Fotografía: Sven Nykvist
- Montaje: Sylvia Ingemarsson
- Productora(s): Svenska Filminstitutet, Swedish Television, Personafilm, Gaumont
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Fanny y Alexander, o los poderes de la representación
Crítica de Alberto Ruiz de Samaniego en FronteraD
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The Kids Are Not All Right: Fanny and Alexander Thirty Years Later
Crítica de Marc Saint-Cyr en Senses of Cinema
Inspiraciones para el filme
Fundación Ingmar Bergman
Bergman cuenta en Images: My Life in Film: “Fanny y Alexander tiene dos “padrinos”. Hay [...] una ilustración de las historias de E. T. A. Hoffman que se me aparecía una y otra vez, una imagen de El cascanueces. Dos niños agitados, pegados el uno al otro en el crepúsculo de la víspera de Navidad, esperan impacientes a que las velas del árbol se iluminen y se abran las puertas del salón. Fue esa escena la que me dio la idea de comenzar Fanny y Alexander con una celebración de Navidad. El segundo padrino es Dickens: el obispo y su casa, el judío en su tienda de fantasías, los niños como víctimas; el contraste entre la vida que florece fuera y un mundo cerrado en blanco y negro”.
Un tercer padrino, o más bien un padre, es el propio Bergman de niño. En su trabajo más autobiográfico, deja el terreno libre para las imágenes internas y externas de su niñez, su gente y lugares, y también bajo las esperanzas del joven Ingmar, sus percepciones y figuraciones.
Los dos polos de Fanny y Alexander, la vivacidad de la familia teatral en oposición al estricto régimen de la casa del obispo pueden rastrearse hasta la propia infancia de Bergman. Por un lado sus años mozos estuvieron marcados por un “buen humor, obras de teatro, canciones, música, lecturas de poemas”, y por otro por la “austeridad, la moralización, la negación, la rigidez, la brutalidad”.
Escarbar en todos los detalles autobiográficos del filme resultaría una tarea imposible. Aún así, los más impresionantes merecen con certeza mención. El apartamento de los Ekdahl, por ejemplo, es casi una copia exacta del apartamento de la abuela de Bergman en Uppsala. Y la semejanza de Alexander con el joven Bergman, acentuada por el parecido físico casi insólito que el actor Bertil Guve tiene con el director de niño, está fuera de toda duda. Sus pasatiempos (el teatro de marionetas y la linterna mágica) son idénticos a los de Bergman.
Muchos de los otros personajes también reflejan la infancia de Bergman. La abuela y matriarca Helena Ekdahl es en esencia un retrato afectuoso de la propia y amada abuela de Bergman. Y su hijo Carl parece tener mucho en común con el “tío Carl” que tenía el propio Bergman, cuyas excentricidades quedan descritas con particular detalle en La linterna mágica (primera autobiografía de Bergman). La tata Maj guarda algo más que un parecido razonable con la del propio Bergman, Mait. Y podríamos seguir. [...]
Fanny y Alexander se ha visto a menudo como un resumen de toda la carrera de Bergman y, indudablemente, contiene la mayoría de los elementos más familiares de sus otros trabajos: la religión, la familia, el rol del artista etc. Es poco sorprendente, por tanto, que se repitan varios personajes y nombres familiares: Vergérus es uno de los nombres recurrentes en los filmes de Bergman y el amigo de la familia Ekdahl, Isak Jacobi, es casi idéntico a un personaje de una obra previa, Mig till skräck, un “viejo estereotipo de rabino”.
A la luz de todo esto, lo fascinante es que buena parte de Fanny y Alexander debiera representarse en un contexto teatral, con referencias a dramaturgos tan próximos al sentir de Bergman como Ibsen, Shakespeare o Strindberg. A pesa de sus destacables logros como cineasta, Bergman mantuvo consistentemente que era primero y ante todo un director de teatro, y mucho de lo que hay en Fanny y Alexander da peso adicional a esta aseveración.