El silencio
Tystnaden
Ingrid Thulin, Gunnel Lindblom, Jörgen Lindström, Haakan Jahnberg, Leif Forstenberg, Birger Malmsten
- 96 minutos
Dos hermanas y un niño de trece años (hijo y sobrino respectivamente de estas) viajan en tren por un país sombrío. En su vuelta a casa, deben parar en un ruinoso hotel, en una ciudad extraña, para descansar. La relación entre las dos mujeres, que esconden deseos reprimidos y no se comunican, se va deteriorando ante la mirada del chico.
- Ano:1963
- Países de producción: Suecia
- Guión: Ingmar Bergman
- Fotografía: Sven Nykvist
- Montaje: Ulla Ryghe
- Productora(s): Svensk Filmindustri (SF)
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Ingmar Bergman: demonios y silencios
Artículo de Vera – Meiggs en La Panera sobre las trilogías del silencio y del terror
Ingmar Bergman: God is Silent
Ensayo fílmico con extractos de varias películas de Bergman sobre la idea del silencio de Dios.
Fuentes de inspiración
Fundación Ingmar Bergman
Así como Los comulgantes se iniciara con la Sinfonía de los salmos de Stravinsky, El silencio también comenzó con una pieza musical: el Concierto para orquesta de Bartók.
Dice Bergman: “Mi idea original era hacer un filme que obedeciese a las leyes musicales, en vez de a las de la dramaturgia. Un filme que actuase por asociaciones rítmicas, con temas y contra-temas. Conforme la ideaba, pensaba más en términos musicales de lo que nunca antes. Lo que queda de Bartók es justo el inicio. Sigue la música de Bartók muy de cerca, la nota apagada y continua, la súbita explosión”
El sueño que dio lugar a El silencio, de “hundirse en una ciudad enorme, absorberla, convertirse en anónimo en ella”, tiene su origen en un cuento de Sigfrid Siwertz. En El círculo (1907) hace una historia situada en Berlín que se titula ‘La oscura diosa de la victoria’ que “debió impactarme de joven como una bala en la conciencia”.
El tema de la ciudad, aunque no es especialmente común en los filmes de Bergman, fue sin embargo uno de sus temas recurrentes: “Antes de El silencio escribí un borrador para un filme que nunca se hizo. Iba sobre un par de acróbatas que habían perdido a sus compañeros y que se veían atrapados en una ciudad alemana, Hanover o Duisberg. Ocurría hacia finales de la Segunda Guerra Mundial. Tras varios bombardeos continuos, su relación comenzaba a romperse. En este borrador ya estaba escondido no solo El silencio, sino también El huevo de la serpiente”.
Más aún, en 1951 escribió una obra de teatro radiofónica llamada La ciudad. En un extracto de la misma escribe: “Me veo como una persona infinitamente reducida en un punto de unión de la conciencia que tomó de golpe la apariencia de un congestionado cruce de caminos en una gran y sucia ciudad industrial francesa. La ciudad en sí misma está en el margen derecho del río, las fábricas y minas abandonadas en la parte izquierda. Está cayendo la noche en el verano, difusos relámpagos sobre las azoteas y mucha gente en movimiento”.