A la vez una biografía de Muybridge, una reanimación de sus históricas fotografías secuenciales y un inspirado análisis de sus implicaciones filosóficas. Si parece que el filme ha nacido completamente formado, esto se debes en no poca medida a una intensiva preconceptualización. Habiendo escrito primero en las páginas de Film Culture en 1966, Andersen estableció el campo de trabajo que regiría el trabajo final antes de materializarse. Su realización práctica comenzó poco después como un filme de graduación en la UCLA en que refotografió meticulosamente más de 3000 imágenes de Muybridge.
Mientras los esfuerzos historiográficos por reanimar estos estudios se remontan, al menos, a The Film Parade de J. Stuart Blackton en 1932, el ejercicio era en este caso una plataforma de lanzamiento. Trabajando en colaboración con prominentes artistas y académicos entre los que se cuentan el cineasta Morgan Fisher (que ayudó en el montaje final), el compositor Mike Cohen, el biógrafo de Muybridge Robert Bartlett Haas, y el narrador Dean Stockwell, Andersen tomó la idea visual del material en bruto y lo expandió, de lo que resultó una honda meditación sobre la naturaleza de la visión.
La “zoopraxography” del título se refiere tanto a los estudios de Muybridge sobre el movimiento – distintos de la fotografía– como a su aparato de 1879, que permitía la proyección de imágenes. Como tal, pone el foco sobre el rol de Muybridge como inventor del cine y del cine en sí mismo coma una ilusión que nace del estatismo.
A la vez una biografía de Muybridge, una reanimación de sus históricas fotografías secuenciales y un inspirado análisis de sus implicaciones filosóficas. Si parece que el filme ha nacido completamente formado, esto se debes en no poca medida a una intensiva preconceptualización. Habiendo escrito primero en las páginas de Film Culture en 1966, Andersen estableció el campo de trabajo que regiría el trabajo final antes de materializarse. Su realización práctica comenzó poco después como un filme de graduación en la UCLA en que refotografió meticulosamente más de 3000 imágenes de Muybridge.
Mientras los esfuerzos historiográficos por reanimar estos estudios se remontan, al menos, a The Film Parade de J. Stuart Blackton en 1932, el ejercicio era en este caso una plataforma de lanzamiento. Trabajando en colaboración con prominentes artistas y académicos entre los que se cuentan el cineasta Morgan Fisher (que ayudó en el montaje final), el compositor Mike Cohen, el biógrafo de Muybridge Robert Bartlett Haas, y el narrador Dean Stockwell, Andersen tomó la idea visual del material en bruto y lo expandió, de lo que resultó una honda meditación sobre la naturaleza de la visión.
La “zoopraxography” del título se refiere tanto a los estudios de Muybridge sobre el movimiento – distintos de la fotografía– como a su aparato de 1879, que permitía la proyección de imágenes. Como tal, pone el foco sobre el rol de Muybridge como inventor del cine y del cine en sí mismo coma una ilusión que nace del estatismo.
Ross Lipman