Caring for the Elderly with Dementia [Cómo cuidar de las personas con demencia senil]

[Este filme] impulsó el periplo de Haneda en la exploración de los retos del envejecimiento en Japón, que posteriormente se convirtió en un tema fundamental durante su carrera como cineasta independiente. En la década de 1980, Tanabe Pharmaceuticals empezó a producir medicamentos para la demencia. Con fines promocionales, encargaron a Iwanami Productions la producción de una película para profesionales sanitarios centrada en el cuidado de enfermos de Alzheimer. Aprovechando una colaboración de más de tres décadas y poseyendo una amplia experiencia en la producción de películas institucionales, Iwanami Productions confió este proyecto a Haneda, que en ese momento ya se había convertido en cineasta independiente. Haneda realizó el rodaje in situ en colaboración con un hospital especializado en el cuidado de personas con demencia de Kyushu, y completó una película de 50 minutos en 1983 (...). Durante el proceso de rodaje, Haneda se dio cuenta de la urgente necesidad de una mayor concienciación sobre este tema, y propuso a Iwanami Productions hacer una película dirigida al público en general. Tras un nuevo rodaje, Haneda terminó en 1986 un documental de 84 minutos titulado Chihōsei rōjin no sekai.

La película se compone de fragmentos de la vida diaria de ancianos con demencia en un centro de cuidados especializado, desvelando el mundo menos conocido de los mayores con demencia y transmitiendo al público prácticas de cuidado eficaces. El director del hospital, Murofushi, consideraba la demencia como un «trastorno de la personalidad». Al afirmar que los pacientes con demencia mantienen la perceptibilidad emocional, abogó por un enfoque asistencial centrado en las emociones para aliviar los síntomas de la demencia. (…)

Haneda retrata a los ancianos a través de sus relaciones y sus vibrantes personalidades, infundiendo a la película una sincera calidez. La película destaca los efectos positivos de la compañía familiar en el estado emocional de los ancianos, a la vez que capta las interacciones amistosas entre las pacientes de demencia con momentos de atención mutua, conversaciones agradables y saludos cordiales. Además, el enfoque de la película va más allá de retratar los actos de «olvido» de los pacientes con demencia; también profundiza indirectamente en los entresijos de sus personalidades al retratar su «memoria». (…)

Desde el punto de vista técnico, para captar el estado más natural de los pacientes, el equipo realizó ajustes específicos en los equipos de iluminación y sonido. Instalaron iluminación adicional sobre un marco en el vestíbulo del hospital para garantizar tomas nítidas de los pacientes. Además, el ingeniero de sonido Osamu Takizawa fijó un micrófono a un poste y lo sincronizó con la cámara para garantizar una audición clara de los murmullos de los ancianos. Los planos del director de fotografía Nishio Kiyoshi son largos y lentos, alineados con el ritmo del paso de los ancianos, observándolos con una mirada serena. La música, sencilla y relajante, compuesta por Yoshiyuki Totaka, añade una resonancia poética a sus vidas cotidianas.