
Tú me abrasas
Gabi Saidón, María Villar, María Inês Gonçalves, Agustina Muñoz, Ana Cris Barragán, Michelle Yoon, Katarina Burin
- 64 min.
Matías Piñeiro, tras acometer 7 adaptaciones de Shakespeare en su carrera, se lanza en Tú me abrasas a trasladar en imágenes y sonidos un capítulo de los Diálogos con Leucó de Cesare Pavese: Espuma de mar. En ese breve texto la poeta griega Safo mantiene una conversación con la ninfa Britomartis. El deseo de muerte de la intelectual helena, que la lleva a tirarse al mar, resuena en el propio suicidio del escritor italiano en un hotel de Turín. La lírica de Safo, tal como la conocemos en nuestros días, resulta fragmentaria, pues no han logrado encontrarse manuscritos completos de su obra. Evidenciando estos huecos en el montaje, con saltos narrativos, digresiones, repeticiones de patrones –plano como palabra, secuencia de planos como frase–, y adaptando también los pies de página de Leucó, posiblemente el libro más complejo de Pavese, Piñeiro propone un expansivo juego metalingüístico que indaga en las posibilidades del cine para adaptar un ensayo literario con herramientas netamente fílmicas.
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Close-Up: cine y perspectiva de género
Prefacio para el Dialoguito
Tú me abrasas
Versión lingüística:VOFormato:DCP -
Close-Up: cine y perspectiva de género
Encuentro con Matías Piñeiro
Prefacio para el Dialoguito
Tú me abrasas
Versión lingüística:VOFormato:DCPEntrada de balde.
- Ano:2024
- Países de producción: Argentina, España
- Guión: Matías Piñeiro, baseado en ‘Espuma de mar’, de Cesare Pavese, e na poesía de Safo
- Fotografía: Tomas Paula Marques, Matías Piñeiro
- Montaje: Gerard Borràs
- Productora(s): Melanie Schapiro, Garbiñe Ortega, Matías Piñeiro, Elías Querejeta Zine Eskola
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“El director y guionista argentino Matías Piñeiro demuestra que un cine de fragmentos es posible”
Savina Petkova (Cineuropa)
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“Leer el cine”
Lucía Roitbarg (Revista Caligari)
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Crítica del filme
Mónica Delgado (Desistfilm)
Escena del filme
VO
Comentario del filme
Jara Yáñez y Jaime Pena (Caimán. Cuadernos de cine)
“Esta película va a cruzar el texto Espuma de mar de Pavese [uno de los capítulos de Diálogos con Leucó, de 1947] con algunos poemas de Safo y otras varias notas al pie”, explica la voz en off narrativa de Agustina Muñoz que guía el film y que apenas unos minutos antes ha explicado también que se encargará de poner voz a una estudiante de biología que se quedó fuera de casa porque la novia le cambió la cerradura. Dos mujeres, María Villar y Gabi Saidón, se convierten después en Safo y Britomartis, respectivamente, cuando sustituyen su nombre en los contactos de un teléfono móvil que vemos en pantalla. Y de este modo persona y personaje se funden y confunden para establecer un diálogo, el que propone Pavese en su libro, pero también el que propone Piñeiro a partir, precisamente, del registro del propio libro, de sus páginas, de su materialidad. Tú me abrasas es un apasionante ensayo impresionista, un juego experimental, una fabulación que no solo pone en primer término el proceso creativo de la propia película (“con este capítulo podría hacer un corto”, leemos y escuchamos al inicio y, después, durante el coloquio posterior al estreno, Piñeiro revelará que también filmó un corto adicional, un “Prefacio” que aún no sabe qué destino tendrá), sino que propone además una apasionante búsqueda en torno a las posibilidades audiovisuales de adaptación a partir de textos literarios, el terreno creativo en el que siempre se mueve el cineasta argentino. Pero si hasta ahora, o al menos desde Rosalinda (2010), ese terreno se circunscribía preferentemente a Shakespeare y al teatro, en Tú me abrasas no solo deja de lado al autor inglés sino también la representación escénica. Filmada con una Bolex, con sus planos de menos de medio minuto, sin sonido sincrónico, su referente ahora es más bien el cine experimental, recordando unas veces los diarios de Robert Beavers, otras las apuestas formalistas sobre el lenguaje de un Hollis Frampton. Si en sus películas a partir de las obras de Shakespeare Piñeiro jugaba con los textos repetidos una y otra vez en los ensayos, el montaje de Tú me abrasas opera ahora el mismo efecto, tanto con los textos como con las propias imágenes, filmadas por medio mundo, entre Argentina, Italia y España (San Sebastián). Es así cómo Tú me abrasas crea sorprendentes e imaginativas rimas o cómo una mera palabra (pongamos “dañina”, por ejemplo) adquiere un significado y unas resonancias que agujerean la pantalla y nos descubren un nuevo universo, ese al que se ha abierto el cine de Piñeiro.