Elsa la rose

El título Elsa la rose (1965) remite a una de les definiciones poéticas de Elsa Triolet con las que esta, transfigurada, aparece en la obra de Louis Aragon, compañero durante cuarenta años de la escritora de origen ruso. En el corto (rodado mayormente en la casa con jardín de la pareja en Saint-Arnoult-en-Yvelines) palpita una tensión entre la mujer real y la imaginada poéticamente. La idea del corto era que Varda filmase a Aragon explicando e imaginando la infancia y juventud de Elsa Triolet, es decir la vida de la otra antes de que se conociesen. Eso porque era una propuesta que, configurando un díptico, había de completarse con otro corto en que Jacques Demy debía filmar a Triolet explicando e imaginando la infancia y juventud de Aragon. Demy renunció al proyecto mientras que Varda realizó su parte mostrando un interés por la Elsa real. De hecho, Varda, no solo filmó a Aragon hablando de Elsa y mirando las fotos de cuando ella era pequeña, sino también a la escritora, que la fascinaba y que, según la cineasta, asumía corajosamente su doble estatus: “Ella era la verdadera Elsa, envejeciendo bellamente, compañera y cómplice de él. Pero también era la Elsa de los sueños, la musa del poeta, la rosa absoluta. Una Elsa mítica y adorada. Elsa la rose”.

Inma Merino, extractos de la publicación que acompaña la edición en BR del 'Universo Agnès Varda' (ed. Avalon, 2024).