Talleres Alonarti. Sociedad La Artística Ltda.
Talleres Alonarti. Sociedad La Artística Ltda.
- 34 minutos
El fotógrafo y documentalista José Gil realiza este encargo para los Talleres Alonarti en Vigo, en el que queda recogido todo el proceso industrial de trabajo con metales para la fabricación de envases. Documento valioso de la época, el filme se abre con unas panorámicas de la ciudad olívica por los distintos barrios, para situar la empresa, que nos permiten ver cómo era la localidad en ese momento.
Filme restaurado por el CGAI en 2001.
- Ano:1928
- Países de producción: España
El cine de “propaganda industrial” de José Gil
Manolo González (en folleto da restauración, 2001)
En 1910 el fotógrafo establecido en Vigo José Gil (Rubios, As Neves, Pontevedra, 1870) se inicia en la realización de películas cinematográficas movido básicamente por su insaciable curiosidad e interés por las novedades y por el desarrollo técnico. El cine no dejaba de ser una actividad más entre otros negocios y empresas de Gil, como la fotografía (desde 1897), o la venta de automóviles (concesionario de Ford desde 1914). Sin embargo, a partir de la prematura muerte de sus hijas y la pérdida de la representación de la firma automovilística norteamericana en 1921, se dedicará de lleno a la actividad cinematográfica con la constitución de Galicia Cinegráfica en 1922.
En el primer tercio del siglo XX la cinematografía española era una industria primitiva, sin apenas inversiones privadas o públicas y focalizada en las áreas de Madrid y Barcelona. Así pues, las posibilidades de supervivencia de una productora en un territorio periférico como Galicia eran muy escasas. Galicia Cinegráfica orientó sus iniciativas y esfuerzos hacia cuatro grandes ejes: películas de emigración, «clientes» particulares (bodas, celebraciones, etc), venta e instalación de equipos cinematográficos y producción de filmes para industrias y organismos públicos.
Será justamente esta actividad de «propaganda industrial» lo que permitirá la supervivencia de José Gil como productor y director cinematográfico hasta 1936.
En una carta dirigida al Presidente de las Entidades Viguesas el 30 de agosto de 1928, Gil escribe: "Hace 18 años vengo laborando en esta ciudad con las películas cinematográficas, medio único de propaganda práctica a lo que se relacione con la propaganda de bellezas de Galicia y sus industrias y nadie me ha ayudado y aun costándome muchísimo tal intentona, he conseguido ahora perfeccionar mis laboratorios hace cuatro meses, montados en la avenida Sanjurjo Badía y estoy trabajando mucho, pero valiéndome de películas industriales...".
A través de anuncios en prensa, cartas personales o contactos, Galicia Cinegráfica ofrecía a las empresas la posibilidad de utilizar el cine como mecanismo de propaganda. Se decidían de común acuerdo “los asuntos” que registraría la camara y la redacción de los intertítulos. El presupuesto se resolvía con una tarifa única en función de los metros «contratados».
La estructura de estas películas de «propaganda industrial» era muy similar a la que aparece en la cinta Talleres Alonarti - Sociedad La Artística Ltda., basada en el esquema narrativo de “descripción de procesos”: la llegada de las materias primas, el trabajo en los diferentes departamentos de la fábrica, hasta la salida de las piezas manufacturadas. Tenemos noticiarios de numerosas empresas viguesas y gallegas que contrataron los servicios de Galicia Cinegráfica de este modo.
José Gil fue muy intenso y prolífico en la producción de industriales y aunque sufrió un duro golpe con la llegada del cine sonoro, Galicia Cinegráfica no interrumpió su actividad. La última película de la que se tiene noticia se rodó en el verano de 1934, sobre la fábrica de conservas Albo.
Pero donde José Gil mostró su inventiva e imaginación fue al ofertarles a sus «clientes» la posibilidad de servicios de difusión y distribución de las películas: Los Noticieros de Galicia fueron los primeros mecanismos de distribución, de los que se llegarían a estrenar once números. Ofrecidos gratuítamente a los empresarios de los cines gallegos, los Noticieros alternaban las secuencias de la actividad local, social y deportiva de Galicia, con la inclusión de fragmentos de cintas de «propaganda industrial».
El segundo sistema, de corta trayectoria, se desarrolló a lo largo del verano de 1929. Asociado con el prohombre vigués Fernando Bárcena, el Cinemovil Reclame, un camión especialmente adaptado para el cinematógrafo, recorrió numerosos pueblos aledaños de Vigo proyectando cintas documentales y filmes de las empresas gallegas.
Talleres Alonarti - Sociedad La Artística Ltda.
La Artística y Talleres Alonarti eran dos empresas auxiliares de la próspera industria conservera gallega a mediados de la década de los veinte del siglo pasado. Su propietario, Eugenio Fadrique, era también aficionado al cine y disfrutaba de la amistad y respeto de José Gil desde había tiempo. Cliente habitual de su estudio fotográfico en la calle Príncipe desde 1909, le había encargado la filmación de su boda. Cuando Galicia Cinegráfica instó a las empresas gallegas (especialmente viguesas), entre 1927 y 1928, a producir filmes para las exposiciones de Sevilla y Barcelona, Eugenio Fadrique contratará el rodaje de un total de 700 metros de película. El coste del filme sobre sus empresas fue, aproximadamente, de 2.100 pesetas.
La película, bajo el título Talleres Alonarti - Sociedad La Artística Ltda., sigue un orden lógico y coherente. Comienza mostrando la razón de ser de la ciudad olívica: la ría, el mar, la llegada al puerto de los barcos llenos de sardinas... Luego, se visualizan de manera exhaustiva los procesos industriales de ambas factorías: la entrada de materias primas, el diseño, el cuño... en suma, la descripción minuciosa de todos los departamentos de las fábricas de Eugenio Fadrique, hasta el embarque de productos en el puerto vigués... finalizando la cinta con una puesta de sol en las islas Cíes.
Dos aspectos llaman poderosamente la atención. El primero que, acostumbrados a las imágenes tópicas de la Galicia rural, son sorprendentes y novedosas las imágenes de la Galicia industrial de 1928. El segundo es el homenaje de José Gil a los inventores del cinematógrafo, los Lumière, con la filmación de la salida de los obreros de la fábrica, escena que repetirá en otro filme similar: Astilleros de Barreras.
Dice Manuel Vicent que «la sustancia del tiempo la constituyen nuestras imágenes». En este hermoso documental encargado por Eugenio Fadrique, realizado por José Gil y restaurado por el Centro Galego de Artes da Imaxe, la estela del tiempo, las insólitas imágenes de los trabajadores y de las trabajadoras de la Galicia industrial, salen a la luz después de setenta y tres años. Ahora volverán a vivir, a estar entre nosotros, para fijarse definitivamente en la memoria colectiva.
El rescate de la larga filmografía de José Gil -cerca de 150 títulos- permitiría reconstruir un mosaico vivo y completo del pulso económico y vital de la Galicia de 1910 a la Guerra Civil. En Talleres Alonarti - Sociedad La Artística Ltda. podemos vislumbrar las posibilidades que ofrecería la recuperación de su archivo patrimonial que, nos consta, atesoró durante toda su vida. José Gil es el cineasta vigués por excelencia. En esa ciudad, que tanto amó, morirá pobre y olvidado el 1 de enero de 1937. La mayor parte de sus películas están hoy perdidas y ni siquiera su nombre aparece escrito en la hermosa tumba que el propio Gil encargó a Asorey en homenaje a sus tres hijas muertas prematuramente.